Enfermedades y plagas en los árboles frutales: cómo prevenirlas y combatirlas

Los árboles frutales son una excelente opción para tener en nuestro jardín o huerto, ya que nos proporcionan frutos deliciosos y saludables, además de embellecer el paisaje con sus flores y hojas. Sin embargo, como cualquier otra planta, los árboles frutales pueden sufrir el ataque de diversas enfermedades y plagas que afectan a su salud y a su producción. Por eso, es importante conocer las principales enfermedades y plagas en los árboles frutales y cómo prevenirlas y combatirlas de forma eficaz y ecológica para evitar daños permanentes en nuestras plantas.

Índice
  1. ¿Qué son las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?
    1. Los agentes bióticos que causan enfermedades y plagas en los árboles frutales son principalmente:
    2. Los agentes abióticos que causan enfermedades y plagas en los árboles frutales son principalmente:
  2. ¿Cómo prevenir las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?
    1. Elegir variedades resistentes o tolerantes
    2. Realizar una buena planificación y diseño del jardín o huerto
    3. Realizar una buena preparación del suelo
    4. Realizar una buena plantación y riego de los árboles frutales
    5. Realizar una buena poda y entutorado de los árboles frutales
    6. Realizar una buena fertilización y abonado de los árboles frutales
  3. ¿Cómo combatir las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?
    1. Identificar la enfermedad o la plaga
    2. Evaluar la gravedad y el alcance de la enfermedad o la plaga
    3. Aplicar el tratamiento más adecuado
  4. ¿Qué beneficios tiene el control ecológico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?
    1. ¿Qué es el control integrado de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?
    2. ¿Qué es el control biológico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?
    3. ¿Qué es el control químico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?
  5. Conclusión

¿Qué son las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?

Las enfermedades y las plagas en los árboles frutales son trastornos que alteran el funcionamiento normal de la planta, causando síntomas visibles como manchas, deformaciones, caída de hojas o frutos, marchitamiento, etc. Estos trastornos pueden ser provocados por agentes bióticos (seres vivos) o abióticos (factores ambientales).

Los agentes bióticos que causan enfermedades y plagas en los árboles frutales son principalmente:

  • Hongos: son microorganismos que se alimentan de la materia orgánica de la planta, produciendo micosis o infecciones fúngicas. Algunas de las enfermedades más comunes causadas por hongos en los árboles frutales son el oídio, la roya, el moteado, la moniliosis o podredumbre de los frutos, la antracnosis, etc.
  • Bacterias: son microorganismos unicelulares que se multiplican rápidamente en condiciones favorables, provocando bacteriosis o infecciones bacterianas. Algunas de las enfermedades más frecuentes causadas por bacterias en los árboles frutales son el fuego bacteriano, la agalla del cuello, la cancrosis de los cítricos, etc.
  • Virus: son partículas infecciosas que invaden las células de la planta, alterando su metabolismo y su genética. Algunas de las enfermedades más habituales causadas por virus en los árboles frutales son el mosaico del melocotonero, la tristeza de los cítricos, la mancha anular de la manzana, etc.
  • Nematodos: son gusanos microscópicos que se introducen en las raíces o los tallos de la planta, alimentándose de su savia y provocando nematodosis o infecciones por nematodos. Algunas de las enfermedades más típicas causadas por nematodos en los árboles frutales son el agallamiento radicular, la pudrición parda del cerezo, el enrollamiento foliar del almendro, etc.
  • Insectos: son animales invertebrados que se alimentan de las hojas, los tallos, las flores o los frutos de la planta, causando daños directos o indirectos. Algunas de las plagas más habituales causadas por insectos en los árboles frutales son el pulgón, la cochinilla, la mosca blanca, el trips, el barrenillo, la carpocapsa o gusano del manzano, etc.
  • Ácaros: son arácnidos diminutos que se alimentan de la savia de la planta, produciendo daños similares a los insectos. Algunas de las plagas más comunes causadas por ácaros en los árboles frutales son la araña roja, el eriófido del peral, el ácaro rojo europeo del manzano, etc.
Enfermedades y plagas en los árboles frutales

Los agentes abióticos que causan enfermedades y plagas en los árboles frutales son principalmente:

  • Temperatura: los cambios bruscos o extremos de temperatura pueden provocar estrés térmico en la planta, causando quemaduras, heladas, golpes de sol, etc.
  • Humedad: el exceso o la falta de humedad pueden provocar estrés hídrico en la planta, causando asfixia radicular, sequía, pudrición, etc.
  • Luz: el exceso o la falta de luz pueden provocar estrés lumínico en la planta, causando clorosis, amarilleamiento, defoliación, etc.
  • Nutrientes: el exceso o la falta de nutrientes pueden provocar estrés nutricional en la planta, causando carencias, toxicidades, deformaciones, etc.
  • pH: el exceso o la falta de acidez o alcalinidad pueden provocar estrés ácido-base en la planta, causando desequilibrios, bloqueos, necrosis, etc.
  • Salinidad: el exceso o la falta de sales pueden provocar estrés salino en la planta, causando osmosis inversa, clorosis, marchitamiento, etc.

¿Cómo prevenir las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?

La prevención es la mejor forma de evitar las enfermedades y las plagas en los árboles frutales, ya que una vez que se han establecido pueden ser difíciles de erradicar y pueden causar pérdidas importantes. Para prevenir las enfermedades y las plagas en los árboles frutales se recomienda seguir estas medidas:

Elegir variedades resistentes o tolerantes

Existen variedades de árboles frutales que han sido seleccionadas o mejoradas genéticamente para resistir o tolerar mejor el ataque de ciertos agentes bióticos o abióticos. Por ejemplo, existen variedades de manzano resistentes al fuego bacteriano o al moteado, o variedades de naranjo tolerantes a la salinidad o a la tristeza. Estas variedades pueden ser una buena opción para plantar en zonas donde hay un alto riesgo de sufrir estas enfermedades o plagas.

Realizar una buena planificación y diseño del jardín o huerto

Es importante planificar y diseñar el jardín o huerto teniendo en cuenta las necesidades y los requerimientos de cada especie de árbol frutal. Por ejemplo, se debe elegir un lugar con una buena exposición solar, un suelo bien drenado y fértil, una distancia adecuada entre los árboles para favorecer la ventilación y evitar el sombreado mutuo, una orientación adecuada para evitar los vientos fuertes o las heladas tardías, etc. También se debe tener en cuenta la compatibilidad entre las especies y las posibles asociaciones beneficiosas o perjudiciales. Por ejemplo, se puede plantar plantas aromáticas como el romero o la lavanda cerca de los árboles frutales para repeler a algunos insectos plaga o atraer a insectos beneficiosos como las abejas o las mariquitas.

Realizar una buena preparación del suelo

El suelo es el medio donde se desarrollan las raíces de los árboles frutales y donde obtienen el agua y los nutrientes que necesitan para crecer y producir. Por eso, es fundamental preparar el suelo adecuadamente antes de plantar los árboles frutales. Para ello, se debe realizar un análisis del suelo para conocer sus características físicas (textura, estructura, porosidad), químicas (pH, nutrientes, salinidad) y biológicas (microorganismos).

En función de los resultados del análisis se debe realizar una corrección del suelo si es necesario. Por ejemplo, se puede añadir materia orgánica como compost o estiércol para mejorar la fertilidad y la estructura del suelo; se puede añadir cal o azufre para corregir el pH del suelo; se puede añadir arena o arcilla para mejorar el drenaje o la retención de agua del suelo; se puede añadir inoculantes microbianos como micorrizas o bacterias fijadoras de nitrógeno para mejorar la actividad biológica del suelo; etc.

Realizar una buena plantación y riego de los árboles frutales

La plantación y el riego constituyen prácticas esenciales para asegurar el óptimo establecimiento y desarrollo de los árboles frutales. En lo que respecta a la plantación, es fundamental seleccionar el momento adecuado basándose en las condiciones climáticas y la especie en cuestión. Idealmente, la siembra debería llevarse a cabo en otoño o invierno, promoviendo así un enraizamiento saludable. Durante este proceso, se recomienda cavar un hoyo amplio y profundo, centrar el árbol en él, rellenar con tierra mezclada enriquecida con material orgánico, compactar ligeramente y asegurar un riego generoso. Para evitar inconvenientes, es importante evitar enterrar el árbol en exceso o dejarlo demasiado superficial, además de mantener un espacio libre alrededor del tronco para minimizar la competencia con las malas hierbas.

En cuanto al riego, es imprescindible considerar la cantidad de agua que requiere cada especie, así como las características del suelo, la época del año y la fase fenológica del árbol. Mantener un equilibrio esencial, se recomienda llevar a cabo riegos regulares y de intensidad moderada, evitando tanto el exceso de humedad como la sequedad extrema. Es recomendable optar por sistemas de riego eficientes, como el riego por goteo o la microaspersión, que no solo conservan agua, sino que también previenen la pérdida de nutrientes. Asimismo, se aconseja programar el riego preferentemente durante las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, evitando así los periodos de temperaturas más elevadas o más bajas.

Realizar una buena poda y entutorado de los árboles frutales

La poda y el entutorado son dos prácticas esenciales para mejorar la forma, el vigor, la floración y la fructificación de los árboles frutales. Para realizar una buena poda se debe elegir un momento adecuado según la especie y el tipo de poda, preferiblemente en invierno para la poda de formación y en verano para la poda de mantenimiento. Además de seguir las siguientes recomendaciones:

  • Utilizar herramientas adecuadas, afiladas y desinfectadas
  • Realiza cortes limpios e inclinados.
  • Sigue un criterio de poda según la especie y el objetivo, eliminando las ramas secas, enfermas, rotas, cruzadas o que compitan con el eje principal.
  • Respetar la estructura natural del árbol, favoreciendo la entrada de luz y aire al interior de la copa.
  • Aplica un cicatrizante o protector sobre los cortes para evitar infecciones o pérdidas de savia.

Para realizar un buen entutorado se debe elegir un tutor adecuado según el tamaño y el peso del árbol, preferiblemente de madera o metal, resistente y duradero. Se debe colocar el tutor junto al árbol, atándolo con una cuerda o una cinta flexible que no dañe ni estrangule al tronco. Se debe ajustar el tutor según el crecimiento del árbol, evitando que se curve o se rompa.

Realizar una buena fertilización y abonado de los árboles frutales

La fertilización y el abonado son prácticas esenciales para brindar a los árboles frutales los nutrientes necesarios para su crecimiento y producción. Lograr una fertilización efectiva requiere considerar las necesidades nutricionales de cada especie, el tipo de suelo, el estado fenológico del árbol y los resultados del análisis del suelo. Es fundamental seleccionar un fertilizante apropiado, preferentemente orgánico o ecológico, que suministre tanto los macronutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio) como los micronutrientes (hierro, zinc, boro, entre otros) requeridos por el árbol.

La elección del momento para la aplicación del fertilizante es crucial y debe alinearse con la estación del año y el ciclo del árbol, evitando los períodos de reposo o estrés. La dosificación también juega un papel esencial: aplicar la cantidad correcta según las recomendaciones del fabricante o del técnico agrícola evita tanto el exceso como la deficiencia de nutrientes. Además, la ubicación del fertilizante en relación con el sistema radicular del árbol es importante, siendo preferible cerca del gotero o en el borde de la copa.

Cuando se trata de abonado, es imperativo considerar el tipo de suelo, el clima y la especie del árbol. Elegir el abono adecuado, como el compost o el estiércol bien descompuesto, que corresponda con la materia orgánica y el pH del suelo, es esencial para mejorar tanto la fertilidad como la estructura del mismo. La correcta sincronización de la aplicación también es un factor clave, eligiendo preferiblemente el otoño o el invierno para promover el enraizamiento del árbol.

Asimismo, la cantidad de abono debe ser adecuada según el tamaño y la vitalidad del árbol, evitando tanto la sobrealimentación como la insuficiencia de materia orgánica. La ubicación también juega un papel significativo, optando por cubrir toda la superficie del suelo alrededor del tronco para garantizar una distribución uniforme.

¿Cómo combatir las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?

A pesar de realizar todas las medidas preventivas posibles, es posible que los árboles frutales sufran algún tipo de enfermedad o plaga que ponga en riesgo su salud y su producción. En ese caso, es necesario actuar con rapidez y eficacia para combatir las enfermedades y las plagas en los árboles frutales. Para ello, se recomienda seguir estos pasos:

Identificar la enfermedad o la plaga

Lo primero que se debe hacer es identificar correctamente la enfermedad o la plaga que está afectando al árbol frutal, observando los síntomas que presenta y comparándolos con los descritos en las guías o manuales de identificación. También se puede recurrir a un técnico agrícola o a un laboratorio especializado para confirmar el diagnóstico. Es importante identificar la enfermedad o la plaga correctamente para poder aplicar el tratamiento más adecuado y evitar confusiones o errores.

Evaluar la gravedad y el alcance de la enfermedad o la plaga

Lo segundo que se debe hacer es evaluar la gravedad y el alcance de la enfermedad o la plaga que está afectando al árbol frutal, estimando el porcentaje de daño que ha causado y el número de árboles afectados. También se debe tener en cuenta el ciclo biológico de la enfermedad o la plaga, su capacidad de dispersión y su potencial de daño. Es importante evaluar la gravedad y el alcance de la enfermedad o la plaga para poder decidir si es necesario aplicar un tratamiento o no, y en qué momento y forma hacerlo.

Aplicar el tratamiento más adecuado

Lo tercero que se debe hacer es aplicar el tratamiento más adecuado para combatir la enfermedad o la plaga que está afectando al árbol frutal, teniendo en cuenta el tipo de agente causal, la especie afectada, el estado fenológico del árbol, las condiciones ambientales y las normativas vigentes. Se debe priorizar el uso de métodos ecológicos o integrados que respeten el medio ambiente y la salud humana, evitando el uso indiscriminado de productos químicos o sintéticos que puedan generar resistencias, contaminaciones o residuos. Algunos de los métodos más utilizados para combatir las enfermedades y las plagas en los árboles frutales son:

Métodos culturales

Son aquellos que se basan en modificar las condiciones del cultivo para evitar o reducir el desarrollo de las enfermedades o las plagas. Por ejemplo, se puede realizar una poda sanitaria para eliminar las partes afectadas del árbol; se puede realizar una rotación de cultivos para romper el ciclo de vida de los agentes causales; se puede realizar una cobertura vegetal para proteger el suelo y evitar la erosión; etc.

Métodos físicos

Son aquellos que se basan en aplicar algún tipo de energía o fuerza para eliminar o repeler a los agentes causales. Por ejemplo, se puede aplicar agua a presión para lavar las hojas o los frutos; se puede aplicar calor para esterilizar las herramientas o los sustratos; se puede aplicar luz ultravioleta para desinfectar las semillas o los injertos; etc.

Métodos biológicos

Se basan en utilizar organismos vivos o sus productos para controlar o reducir a los agentes causales. Por ejemplo, se puede utilizar insectos depredadores o parasitoides para combatir a los insectos plaga; se puede utilizar hongos o bacterias antagonistas para combatir a los hongos o bacterias patógenas; se puede utilizar feromonas o trampas cromáticas para atraer o confundir a los insectos plaga; etc.

Métodos químicos

Son aquellos que se basan en aplicar sustancias químicas para eliminar o inhibir a los agentes causales. Por ejemplo, se puede utilizar fungicidas o bactericidas para combatir a los hongos o bacterias patógenas; se puede utilizar insecticidas o acaricidas para combatir a los insectos o ácaros plaga; se puede utilizar herbicidas o desecantes para combatir a las malas hierbas; etc.

Métodos genéticos

Son aquellos que se basan en modificar el material genético de la planta o del agente causal para conferirle resistencia o susceptibilidad. Por ejemplo, se puede utilizar la ingeniería genética para introducir genes de resistencia a determinadas enfermedades o plagas en los árboles frutales; se puede utilizar la esterilización por radiación para reducir la población de insectos plaga; se puede utilizar la selección asistida por marcadores para identificar y seleccionar individuos con características deseables; etc.

¿Qué beneficios tiene el control ecológico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?

El control ecológico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales es aquel que se basa en el uso de métodos naturales o integrados que respeten el equilibrio ecológico y la biodiversidad, evitando el uso de productos químicos o sintéticos que puedan generar impactos negativos sobre el medio ambiente y la salud humana. El control ecológico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales tiene múltiples beneficios, entre los que se pueden destacar:

  • Mejora la calidad y la seguridad de los frutos: Al favorecer el desarrollo natural de la planta, el control ecológico mejora el sabor, el aroma, el color y el valor nutricional de los frutos.
  • Mejora la salud y el rendimiento de los árboles frutales: Al favorecer la actividad biológica y la fertilidad del suelo, el control ecológico mejora las condiciones del medio donde se desarrollan los árboles frutales.
  • Mejora la conservación y el aprovechamiento de los recursos naturales: al evitar el uso de productos químicos o sintéticos que puedan contaminar o agotar los recursos naturales, el control ecológico mejora la conservación y el aprovechamiento de los mismos, también mejora la regulación y el equilibrio de las poblaciones de agentes causales y beneficiosos.
  • Mejora la rentabilidad y la competitividad del sector agrícola: al evitar el uso de productos químicos o sintéticos que puedan suponer un alto coste económico y social, el control ecológico mejora la rentabilidad y la competitividad del sector agrícola, reduciendo los gastos y aumentando los ingresos. Además, al favorecer la diferenciación y la calidad de los productos, el control ecológico mejora la demanda y el prestigio del mercado.

Preguntas frecuentes sobre las enfermedades y las plagas en los árboles frutales

A continuación, te presentamos algunas de las preguntas más frecuentes que se hacen los aficionados y los profesionales de la jardinería sobre las enfermedades y las plagas en los árboles frutales, y sus respectivas respuestas.

¿Qué es el control integrado de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?

El control integrado de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales es aquel que combina el uso de diferentes métodos de control (culturales, físicos, biológicos, químicos y genéticos) de forma racional y coordinada, buscando el máximo beneficio con el mínimo impacto ambiental y económico. El control integrado se basa en el conocimiento del agroecosistema, el monitoreo de las poblaciones de agentes causales y beneficiosos, el establecimiento de umbrales de acción y la aplicación de medidas preventivas y correctivas según criterios técnicos y legales.

¿Qué es el control biológico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?

El control biológico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales es aquel que utiliza organismos vivos o sus productos para controlar o reducir a los agentes causales. El control biológico se puede clasificar en tres tipos según el origen y la relación de los organismos utilizados:

  • Control biológico clásico: es aquel que introduce organismos exóticos o foráneos para controlar a los agentes causales que también son exóticos o foráneos. Por ejemplo, se introdujo la mariquita australiana (Rodolia cardinalis) para controlar a la cochinilla algodonosa (Icerya purchasi) en los cítricos.
  • Control biológico conservativo: es aquel que protege o potencia a los organismos autóctonos o nativos que controlan a los agentes causales que también son autóctonos o nativos. Por ejemplo, se protege a las aves insectívoras que controlan a los insectos plaga en los árboles frutales.
  • Control biológico aumentativo: es aquel que incrementa o libera a los organismos criados o multiplicados en laboratorio o en campo para controlar a los agentes causales. Por ejemplo, se libera al hongo Trichoderma harzianum para controlar al hongo Fusarium oxysporum en los árboles frutales.

¿Qué es el control químico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales?

El control químico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales es aquel que utiliza sustancias químicas para eliminar o inhibir a los agentes causales. El control químico se puede clasificar en dos tipos según el origen y la naturaleza de las sustancias utilizadas:

  • Control químico orgánico: es aquel que utiliza sustancias químicas de origen natural o derivadas de organismos vivos. Por ejemplo, se utiliza el azufre para combatir el oídio; se utiliza el aceite de neem para combatir la mosca blanca; se utiliza la rotenona para combatir el pulgón; etc.
  • Control químico inorgánico: es aquel que utiliza sustancias químicas de origen sintético o derivadas de procesos industriales. Por ejemplo, se utiliza el cobre para combatir la roya; se utiliza el imidacloprid para combatir la cochinilla; se utiliza el glifosato para combatir las malas hierbas; etc.

Conclusión

Los árboles frutales son una excelente opción para tener en nuestro jardín o huerto, pero debemos cuidarlos adecuadamente para evitar o reducir el ataque de diversas enfermedades y plagas que pueden afectar a su salud y a su producción. Para ello, debemos conocer las principales amenazas que pueden dañar a nuestros árboles frutales y cómo prevenirlas y combatirlas de forma eficaz y ecológica. Así, podremos disfrutar de unos frutos deliciosos y saludables, además de contribuir al desarrollo sostenible y al respeto al medio ambiente.

En este artículo te hemos presentado las principales enfermedades y plagas que pueden afectar a los árboles frutales, sus causas, sus síntomas y sus consecuencias. También te hemos mostrado cómo prevenir y combatir las enfermedades y las plagas en los árboles frutales, utilizando diferentes métodos de control ecológico o integrado. Por último, te hemos explicado los beneficios que tiene el control ecológico de las enfermedades y las plagas en los árboles frutales, tanto para la calidad y la seguridad de los frutos, como para la salud y el rendimiento de los árboles, la conservación y el aprovechamiento de los recursos naturales, y la rentabilidad y la competitividad del sector agrícola.

Esperamos que este artículo te haya sido útil e interesante, y que te haya ayudado a mejorar tus conocimientos sobre las enfermedades y las plagas en los árboles frutales. Si te ha gustado, te invitamos a seguir aprendiendo sobre jardinería con nosotros, a comentar tus dudas o experiencias, y a compartir este artículo con tus amigos. ¡Hasta pronto! 

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