Aloe vera o sábila: una planta con múltiples beneficios
El aloe vera o sábila es una planta que pertenece a la familia de las liliáceas, que se caracteriza por tener hojas carnosas y espinosas que contienen un gel transparente con propiedades medicinales y cosméticas. El aloe vera se ha utilizado desde la antigüedad para tratar diversas afecciones de la piel, el cabello, el sistema digestivo y el sistema inmunológico. En este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre esta maravillosa planta: su origen, sus características, sus tipos, su cultivo, su reproducción, su trasplante y sus usos más comunes.
Origen de la planta de aloe vera
El origen del aloe vera se sitúa en el este y el sur de África, donde se han encontrado evidencias de su uso desde hace más de 6.000 años. Los antiguos egipcios la llamaban “la planta de la inmortalidad” y la utilizaban para embalsamar a sus muertos, así como para curar heridas, quemaduras, infecciones y problemas digestivos. Los griegos y los romanos también conocían las virtudes del aloe vera y lo empleaban para fines medicinales y cosméticos. Los árabes fueron los que le dieron el nombre de “aloe”, que significa “sustancia amarga”, y lo introdujeron en España durante la invasión musulmana. Desde allí se extendió por el resto de Europa y América, donde los conquistadores españoles lo llevaron como una planta milagrosa.
Características del aloe vera
El aloe vera es una planta perenne, que puede vivir más de 10 años, y que puede alcanzar hasta un metro de altura. Su tallo es corto y grueso, y en él se disponen las hojas en forma de roseta. Las hojas son largas, anchas, verdes y con manchas blancas cuando son jóvenes. Tienen los bordes dentados con espinas y en su interior almacenan el gel o acíbar, que es la parte más valiosa de la planta. El gel es una sustancia viscosa, incolora y ligeramente amarga, que contiene más de 200 componentes activos, entre los que destacan las vitaminas, los minerales, los aminoácidos, los polisacáridos, las enzimas y los antioxidantes.
El aloe vera florece una vez al año, entre primavera y verano, produciendo unas inflorescencias en forma de espiga que pueden medir hasta 90 cm de longitud. Las flores son tubulares, colgantes y de color amarillo, naranja o rojo. El fruto es una cápsula alargada con tres valvas que contiene numerosas semillas negras y planas. Sin embargo, el aloe vera se reproduce principalmente por medio de los hijuelos o retoños que brotan de la base del tallo.
Tipos de aloe vera
Existen más de 500 especies de aloe en el mundo, pero solo unas pocas tienen propiedades medicinales y cosméticas reconocidas. Entre ellas podemos mencionar las siguientes:
Aloe vera barbadensis
Es la especie más común y la que tiene mayor contenido en principios activos. Se cultiva principalmente en zonas tropicales y subtropicales, como México, Estados Unidos o España. Sus hojas son verdes con manchas blancas y sus flores son amarillas.
Aloe arborescens
Es una especie originaria de África oriental que puede crecer hasta 4 metros de altura. Sus hojas son verdes con los bordes rojizos y sus flores son rojas o naranjas. Tiene propiedades antibióticas, antiinflamatorias y cicatrizantes.
Aloe ferox
Es una especie originaria de Sudáfrica que puede alcanzar hasta 3 metros de altura. Sus hojas son verdes con los bordes espinosos y sus flores son rojas o anaranjadas. Tiene propiedades laxantes, depurativas y estimulantes del sistema inmunológico.
Aloe striata
Es una especie originaria de Sudáfrica que puede medir hasta 60 cm de altura. Sus hojas son verdes con los bordes rosados y sin espinas y sus flores son rojas o coral. Tiene propiedades hidratantes, calmantes y regeneradoras de la piel.
Aloe variegata
Es una especie originaria de Namibia que puede medir hasta 30 cm de altura. Sus hojas son verdes con bandas blancas y sus flores son rojas o rosadas. Tiene propiedades digestivas, antiulcerosas y antidiabéticas.

Cultivo de aloe vera
El aloe vera es una planta que se adapta a diferentes climas y suelos, siempre que tenga suficiente luz, calor y drenaje. Se puede cultivar tanto en macetas como en el jardín, siguiendo estos consejos:
- Elige un lugar con exposición al sol, pero evitando las horas más intensas del día. El aloe vera necesita al menos 6 horas de luz diarias para crecer bien.
- Elige un sustrato ligero, suelto y arenoso, que permita el paso del agua y el aire. Puedes mezclar tierra de jardín con arena, perlita o turba. Añade una capa de grava o piedras en el fondo de la maceta o el hoyo para facilitar el drenaje.
- Riega el aloe vera con moderación, dejando que el sustrato se seque entre riegos. Evita el encharcamiento y el riego por aspersión, ya que pueden provocar la pudrición de las raíces o el manchado de las hojas. En invierno reduce el riego al mínimo, ya que la planta entra en reposo.
- Abona el aloe vera una vez al mes durante la primavera y el verano, usando un fertilizante específico para cactus y suculentas, rico en potasio y bajo en nitrógeno. Evita los abonos químicos o demasiado concentrados, ya que pueden quemar las raíces o las hojas.
- Poda el aloe vera eliminando las hojas secas, dañadas o enfermas, así como las flores marchitas. Usa unas tijeras o un cuchillo bien afilados y desinfectados, y haz los cortes lo más cerca posible del tallo. Aplica un poco de canela en polvo sobre las heridas para evitar infecciones.
Reproducción de aloe vera
El aloe vera se puede reproducir por semillas o por hijuelos. La reproducción por semillas es más lenta y difícil, ya que requiere de unas condiciones especiales de temperatura, humedad y luz para que germinen. Además, las semillas no siempre son fértiles o dan lugar a plantas idénticas a la madre. La reproducción por hijuelos es más rápida y fácil, ya que solo hay que separar los brotes laterales que nacen alrededor de la planta madre y trasplantarlos a otra maceta o lugar. Para reproducir el aloe vera por hijuelos sigue estos pasos:
- Espera a que los hijuelos tengan al menos 10 cm de altura y varias hojas formadas. Es mejor hacerlo después de la floración o al inicio de la primavera.
- Con cuidado, extrae la planta madre junto con los hijuelos del sustrato, tratando de no dañar las raíces.
- Separa los hijuelos de la planta madre con un cuchillo o unas tijeras limpias y afiladas, dejando un poco de raíz en cada uno.
- Deja secar los cortes durante unos días en un lugar sombreado y ventilado, para que cicatricen y eviten infecciones.
- Planta los hijuelos en macetas individuales con sustrato nuevo y bien drenado, enterrando solo la parte inferior de las hojas.
- Coloca las macetas en un lugar luminoso pero sin sol directo, y riega con moderación hasta que arraiguen.
Trasplante de aloe vera
El trasplante de aloe vera es necesario cuando la planta ha crecido demasiado y necesita más espacio para desarrollarse. También se puede trasplantar cuando el sustrato está muy compactado o agotado, o cuando la planta presenta signos de enfermedad o plaga. El trasplante se debe hacer preferiblemente en primavera u otoño, evitando los meses más fríos o calurosos. Para trasplantar el aloe vera sigue estos pasos:
- Elige una maceta o un lugar más grande y con buena iluminación y ventilación, pero sin sol directo ni corrientes de aire.
- Riega el aloe vera con abundancia, pero sin encharcar el sustrato. Espera a que se seque la superficie antes de volver a regar.
- Abona el aloe vera con un fertilizante específico para cactus y suculentas, siguiendo las indicaciones del fabricante.
- Vigila el aloe vera para detectar posibles plagas o enfermedades, como los pulgones, las cochinillas, los hongos o las bacterias. Si observas algún síntoma, trata la planta con un producto adecuado o consulta con un experto.
Usos comunes del aloe vera
El aloe vera tiene múltiples usos para la salud y la belleza, tanto internos como externos. Algunos de los usos más comunes del aloe vera son:
Tratar heridas, quemaduras, irritaciones o infecciones de la piel
Aplica un poco de gel de aloe vera sobre la zona afectada, varias veces al día, hasta que se cure. El gel de aloe vera tiene propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias, antisépticas y analgésicas, que ayudan a regenerar la piel y a prevenir las cicatrices.
Hidratar, nutrir y rejuvenecer la piel
Aplica una crema de aloe vera sobre la piel limpia y seca, una o dos veces al día, dando un suave masaje hasta su absorción. La crema de aloe vera tiene propiedades hidratantes, nutritivas y antioxidantes, que ayudan a mantener la piel suave, tersa y luminosa.
Limpiar y fortalecer el cabello
Lava el cabello con un champú de aloe vera, masajeando el cuero cabelludo y las puntas. Después, aplica un acondicionador de aloe vera, dejándolo actuar unos minutos y enjuagando con agua tibia. El champú y el acondicionador de aloe vera tienen propiedades limpiadoras, humectantes y fortificantes, que ayudan a eliminar la suciedad, el exceso de grasa y las caspas, y a dar brillo y volumen al cabello.
Mejorar la digestión y el tránsito intestinal
Toma una cucharada de gel de aloe vera en ayunas o antes de las comidas principales. El gel de aloe vera tiene propiedades digestivas, laxantes y antiulcerosas, que ayudan a regular el movimiento intestinal, a prevenir el estreñimiento o la diarrea, y a aliviar el reflujo gastroesofágico, la gastritis o la úlcera péptica.
Depurar el organismo y mejorar la salud general
Toma un vaso de jugo de aloe vera al día, preferiblemente en ayunas. El jugo de aloe vera tiene propiedades depurativas, diuréticas e inmunomoduladoras, que ayudan a eliminar las toxinas y los residuos que pueden afectar al hígado, los riñones o el colon, y a estimular las defensas naturales del organismo.
Preguntas frecuentes sobre el aloe vera o sábila
A continuación, vamos a responder a algunas preguntas frecuentes sobre el aloe vera o sábila que pueden surgir entre los lectores interesados en esta planta.
¿Qué diferencia hay entre el gel y el jugo de aloe vera?
El gel y el jugo de aloe vera son dos formas distintas de extraer la sustancia que contiene las hojas de esta planta. El gel es la parte más espesa y viscosa que se encuentra en el interior de las hojas. El jugo es el líquido que se obtiene al licuar las hojas enteras. Ambos tienen propiedades similares, pero el gel es más concentrado y rico en principios activos que el jugo. El gel se puede aplicar directamente sobre la piel o ingerir en pequeñas cantidades. El jugo se debe beber diluido en agua u otro líquido.
¿Cómo se puede conservar el gel o el jugo de aloe vera?
El gel o el jugo de aloe vera se pueden conservar en el refrigerador por unos días o congelar en cubitos para usarlos cuando se necesiten. También se pueden añadir conservantes naturales como el limón, la miel o el vinagre para alargar su duración. Sin embargo, lo más recomendable es usar el gel o el jugo de aloe vera lo más fresco posible, ya que así se aprovechan mejor sus propiedades.
¿Qué precauciones se deben tener al usar el aloe vera?
El aloe vera es una planta segura y bien tolerada por la mayoría de las personas, siempre que se use de forma adecuada y moderada. Sin embargo, existen algunas precauciones que se deben tener en cuenta. Por ejemplo, el aloe vera no se debe usar en caso de:
- Alergia al aloe vera o a otras plantas de la misma familia.
- Embarazo o lactancia, ya que puede provocar contracciones uterinas o alterar la calidad de la leche materna.
- Enfermedades intestinales como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, ya que puede agravar los síntomas.
- Enfermedades renales o hepáticas, ya que puede sobrecargar el funcionamiento de estos órganos.
- Tratamiento con medicamentos anticoagulantes, antiplaquetarios, hipoglucemiantes o diuréticos, ya que puede potenciar sus efectos.
Los efectos secundarios más comunes del aloe vera son:
- Irritación, enrojecimiento o picor en la piel, si se aplica de forma excesiva o prolongada.
- Diarrea, cólicos, náuseas o vómitos, si se ingiere en dosis altas o durante mucho tiempo.
- Hipoglucemia, hipotensión o deshidratación, si se consume junto con otros productos que tienen el mismo efecto.
Para evitar estas complicaciones, se recomienda usar el aloe vera con precaución y consultar con un médico antes de iniciar su uso.
¿Cómo se puede hacer una crema o un jabón de aloe vera en casa?
Una forma sencilla y económica de hacer una crema o un jabón de aloe vera en casa es la siguiente:
- Para hacer una crema de aloe vera necesitas: 100 ml de gel de aloe vera, 50 ml de aceite de almendras dulces, 10 g de cera de abejas y 10 gotas de aceite esencial de lavanda.
- Para hacer un jabón de aloe vera necesitas: 100 g de jabón neutro rallado, 50 ml de gel de aloe vera, 50 ml de agua destilada y 10 gotas de aceite esencial de árbol de té.
Los pasos para hacer la crema o el jabón son los siguientes:
- Pon la cera de abejas al baño maría hasta que se derrita. Añade el aceite de almendras dulces y mezcla bien. Retira del fuego y deja enfriar un poco.
- Pon el jabón rallado al baño maría hasta que se derrita. Añade el agua destilada y mezcla bien. Retira del fuego y deja enfriar un poco.
- Añade el gel de aloe vera y el aceite esencial elegido a la mezcla anterior y bate con una batidora eléctrica hasta obtener una consistencia cremosa y homogénea.
- Vierte la crema o el jabón en un recipiente limpio y hermético y deja que se solidifique por completo.
- Usa la crema o el jabón como cualquier otro producto natural y ecológico.
¿Qué diferencia hay entre el aloe vera y la sábila?
El aloe vera y la sábila son dos nombres comunes que se usan para referirse a la misma planta: Aloe barbadensis. Sin embargo, existen otras especies de aloe que también reciben el nombre de sábila, como Aloe arborescens, Aloe ferox o Aloe striata. Estas especies tienen características similares al aloe vera, pero también algunas diferencias en cuanto a su aspecto, su composición química y sus propiedades. Por lo tanto, es importante identificar correctamente la especie de aloe que se va a usar.
Es una planta fácil de cultivar en casa: solo necesita luz, calor y drenaje. El aloe vera o sábila es una planta que se puede reproducir por semillas o por hijuelos: solo hay que separar los brotes laterales y trasplantarlos. El aloe vera o sábila es una planta que se debe trasplantar cuando ha crecido demasiado: solo hay que elegir una maceta más grande y cambiar el sustrato.
Esperamos que este artículo te haya servido para conocer mejor el aloe vera o sábila: una planta que merece toda nuestra admiración y respeto. Si te ha gustado, te invitamos a compartirlo con tus amigos y familiares: seguro que les interesa saber más sobre esta maravillosa planta. Y si quieres seguir leyendo nuestros otros artículos sobre temas interesantes y relevantes, no dudes en visitar nuestro blog: te esperamos con más información de calidad y de actualidad. Gracias por tu atención.
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