15 cuidados de las plantas que debes conocer si te gusta la jardinería
La jardinería es una actividad muy gratificante y relajante, pero también requiere de ciertos conocimientos y habilidades para mantener las plantas sanas y bonitas. No todas las plantas necesitan los mismos cuidados, ya que dependen de factores como el tipo, el clima, el suelo, la exposición al sol, etc. Sin embargo, hay algunos cuidados generales que se aplican a la mayoría de las plantas y que te ayudarán a tener un jardín o un huerto envidiable. En este artículo, te vamos a mostrar 15 cuidados de las plantas que debes conocer si te gusta la jardinería.
- 1. Elige las plantas adecuadas para tu espacio y clima
- 2. Riega las plantas con la frecuencia y cantidad adecuadas
- 3. Abona las plantas con regularidad
- 4. Poda las plantas cuando sea necesario
- 5. Protege las plantas de las plagas y enfermedades
- 6. Trasplanta las plantas cuando lo necesiten
- 7. Aclimata las plantas a los cambios de temperatura
- 8. Propaga tus plantas por semillas o esquejes
- 9. Limpia las hojas de tus plantas
- 10. Aporta luz natural a tus plantas
- 11. Airea y ventila tus plantas
- 12. Cambia el sustrato de tus plantas cuando sea necesario
- 13. Protege tus plantas del viento y del granizo
- 14. Adapta tus cuidados a cada estación del año
- 15. Disfruta de tus plantas y aprende de ellas
- Preguntas frecuentes sobre los 15 cuidados de las plantas
- Aprende más sobre cuidados sobre plantas con nosotros
1. Elige las plantas adecuadas para tu espacio y clima
El primero de los 15 cuidados de las plantas para tener un jardín exitoso es elegir las especias de plantas adecuadas para el espacio y el clima donde vas a cultivarlas. No todas las plantas se adaptan bien a cualquier lugar, por lo que debes informarte sobre las condiciones óptimas de cada una antes de comprarlas o sembrarlas. Por ejemplo, si vives en una zona fría, no es conveniente que plantes especies tropicales que necesitan mucho calor y humedad. Del mismo modo, si tienes un espacio pequeño o con poca luz, no es recomendable que plantes especies grandes o que requieren mucha exposición al sol.
2. Riega las plantas con la frecuencia y cantidad adecuadas
El riego es uno de los cuidados más importantes de las plantas, ya que les proporciona el agua que necesitan para realizar sus funciones vitales. Sin embargo, no todas las plantas necesitan la misma cantidad ni frecuencia de riego, por lo que debes ajustar el riego según el tipo de planta, el clima, la estación del año, el tamaño de la maceta, etc. Como norma general, es mejor regar poco y a menudo que mucho y de vez en cuando, ya que así se evita el encharcamiento y la pudrición de las raíces. También es preferible regar por la mañana o por la tarde, cuando el sol no es tan intenso, para evitar quemaduras en las hojas.

3. Abona las plantas con regularidad
El abono es otro cuidado esencial de las plantas, ya que les aporta los nutrientes que necesitan para crecer y florecer. El abono puede ser orgánico (como el compost, el estiércol o el humus) o inorgánico (como los fertilizantes químicos). Cada tipo de abono tiene sus ventajas e inconvenientes, por lo que debes elegir el más adecuado para tus plantas según sus necesidades y preferencias. Lo más recomendable es abonar las plantas durante la primavera y el verano, que son las épocas de mayor actividad vegetativa, y reducir o suspender el abono durante el otoño y el invierno.
4. Poda las plantas cuando sea necesario
La poda es otro cuidado importante de las plantas, ya que les ayuda a eliminar las partes dañadas, enfermas o secas, favorece su crecimiento y floración, mejora su forma y aspecto, y previene plagas y enfermedades. La poda se debe realizar con herramientas adecuadas y limpias, realizando cortes limpios y oblicuos para facilitar la cicatrización. La época más adecuada para podar las plantas depende del tipo de planta y del objetivo de la poda. Por ejemplo, si quieres favorecer la floración de una planta, debes podarla después de que haya florecido; si quieres favorecer el crecimiento de una planta, debes podarla antes de que empiece a brotar.
5. Protege las plantas de las plagas y enfermedades
Las plagas y enfermedades son uno de los principales enemigos de las plantas, ya que pueden causarles graves daños e incluso la muerte. Para proteger tus plantas de estos problemas, debes estar atento a los síntomas que presentan, como manchas, agujeros, deformaciones, caída de hojas o flores, etc. Si detectas alguna plaga o enfermedad, debes actuar cuanto antes para eliminarla y evitar que se propague. Puedes usar productos químicos o biológicos para combatir las plagas y enfermedades, pero siempre siguiendo las instrucciones del fabricante y respetando los plazos de seguridad. También puedes prevenir las plagas y enfermedades manteniendo tus plantas sanas y fuertes, regándolas y abonándolas adecuadamente, podándolas cuando sea necesario, y evitando el exceso de humedad y el contacto con plantas enfermas.
6. Trasplanta las plantas cuando lo necesiten
El trasplante un procedimiento que debes realizar a tus plantas cuando lo necesiten, es decir, cuando hayan crecido demasiado para el espacio que tienen o cuando el sustrato se haya agotado o deteriorado. Consiste en cambiar la planta de maceta o de lugar, proporcionándole un espacio más amplio y un sustrato nuevo y adecuado. Si vas a trasplantar, hazlo con cuidado, tratando de no dañar las raíces ni las hojas de la planta, y regando abundantemente después para facilitar el asentamiento. La época más adecuada para trasplantar las plantas es la primavera, cuando las plantas están en pleno crecimiento y tienen más capacidad de adaptación.
7. Aclimata las plantas a los cambios de temperatura
Las plantas son seres vivos que se ven afectados por los cambios de temperatura, especialmente cuando son bruscos o extremos. Por eso, debes aclimatar tus plantas a los cambios de temperatura que se producen a lo largo del año, especialmente si las tienes en el exterior o si las cambias de lugar. Para aclimatar tus plantas a los cambios de temperatura, debes hacerlo de forma gradual, exponiéndolas poco a poco al nuevo ambiente y protegiéndolas de las heladas o del sol directo. Así evitarás que tus plantas sufran estrés térmico, que puede provocarles daños irreversibles.
8. Propaga tus plantas por semillas o esquejes
La propagación es algo que puedes realizar si quieres obtener más ejemplares de la misma especie o variedad. Se puede hacer por semillas o por esquejes, dependiendo del tipo de planta y de la época del año. La propagación de plantas por semillas consiste en obtener nuevas plantas a partir de las semillas que producen las plantas madre. Para ello, debes recolectar las semillas maduras, limpiarlas y secarlas, y sembrarlas en un sustrato adecuado, manteniéndolas húmedas y protegidas hasta que germinen. Por otra parte, la propagación por esquejes consiste en obtener nuevas plantas a partir de trozos de tallo, hoja o raíz que se cortan de la planta madre. Para ello, debes cortar los esquejes con una herramienta limpia y afilada, eliminar las hojas inferiores y aplicar un producto enraizante si es necesario, e introducirlos en un sustrato húmedo y aireado hasta que enraícen.
9. Limpia las hojas de tus plantas
La limpieza es otro cuidado que debes realizar a tus plantas para mantenerlas sanas y bonitas. La limpieza consiste en eliminar el polvo, la suciedad y los restos de insectos que se acumulan en las hojas de tus plantas, ya que pueden dificultar la respiración y la fotosíntesis de las mismas. Para limpiar las hojas de tus plantas, puedes usar un paño húmedo o una esponja suave, pasándolos con cuidado por ambas caras de las hojas. También puedes usar un pulverizador con agua para humedecer las hojas y eliminar el polvo más fácilmente. No uses productos químicos ni abrasivos para limpiar las hojas de tus plantas, ya que pueden dañarlas.
10. Aporta luz natural a tus plantas
La luz natural es otro factor fundamental para el desarrollo y la salud de tus plantas, ya que les permite realizar la fotosíntesis y obtener la energía que necesitan para vivir. Por eso, debes aportar luz natural a tus plantas, colocándolas cerca de una ventana o en un lugar donde reciban la luz del sol directa o indirecta, según sus necesidades. No todas las plantas necesitan la misma cantidad ni intensidad de luz, por lo que debes informarte sobre las preferencias de cada una y adaptar su ubicación en función de ello. También debes evitar que tus plantas reciban luz artificial durante la noche, ya que puede alterar su ciclo natural y provocarles estrés.
11. Airea y ventila tus plantas
El aire es otro elemento esencial para la vida de tus plantas, ya que les permite respirar y obtener el oxígeno que necesitan. Por eso, debes airear y ventilar tus plantas, especialmente si las tienes en el interior o en un lugar con poca circulación de aire. Para airear y ventilar tus plantas, puedes abrir las ventanas o las puertas para que entre el aire fresco y salga el aire viciado, o usar un ventilador para crear una corriente de aire suave. Así evitarás que tus plantas se asfixien o se enfermen por el exceso de humedad o de calor.
12. Cambia el sustrato de tus plantas cuando sea necesario
El sustrato es determinante en el cuidado de nuestras plantas ya que les proporciona el soporte y los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse. Puede ser de diferentes tipos, como tierra, arena, grava, turba, perlita, etc., dependiendo del tipo de planta y de sus necesidades. Debemos reemplazarlo cuando se haya agotado o deteriorado, lo que se puede notar por el aspecto pobre o enfermizo de las plantas, la presencia de malas hierbas o plagas, o la dificultad para regar o drenar el agua. Para cambiar el sustrato de tus plantas, debes extraerlas con cuidado de la maceta o del lugar donde estén plantadas, limpiar las raíces de los restos de sustrato antiguo y colocarlas en un nuevo sustrato adecuado y limpio.
13. Protege tus plantas del viento y del granizo
El viento y el granizo son dos fenómenos meteorológicos que pueden causar daños graves a tus plantas, especialmente si son frágiles o delicadas. El viento puede romper las ramas, las hojas o las flores de tus plantas, o arrancarlas del suelo si no están bien sujetas. El granizo puede perforar o aplastar las partes aéreas de tus plantas, provocando heridas que pueden infectarse o secarse. Para proteger tus plantas del viento y del granizo, puedes usar diferentes métodos, como colocarlas en un lugar resguardado o cubierto, usar tutores o estacas para sujetarlas al suelo, usar mallas o telas para cubrirlas, etc.
14. Adapta tus cuidados a cada estación del año
Las estaciones del año influyen en el desarrollo y la salud de tus plantas, ya que implican cambios en la temperatura, la humedad, la luz y otros factores ambientales. Por eso, debes adaptar tus cuidados a cada estación del año, siguiendo las necesidades y los ritmos de cada planta. Por ejemplo, en primavera debes regar y abonar más a tus plantas para favorecer su crecimiento y floración; en verano debes protegerlas del calor excesivo y regarlas más a menudo; en otoño debes reducir el riego y el abono y prepararlas para el invierno; y en invierno debes protegerlas del frío y regarlas solo cuando sea necesario.
15. Disfruta de tus plantas y aprende de ellas
El último pero no menos importante de los 15 cuidados de las plantas es disfrutar de ellas y aprender de ellas. Las plantas son seres vivos maravillosos que nos ofrecen belleza, aroma, color, oxígeno y muchos otros beneficios. Por eso, debes apreciarlas y respetarlas, observándolas con atención y curiosidad, descubriendo sus características y sus secretos, compartiéndolas con otras personas y con otros seres vivos. Así podrás establecer una relación armoniosa con tus plantas, que te aportará bienestar y satisfacción.
Preguntas frecuentes sobre los 15 cuidados de las plantas
A continuación, te presentamos algunas preguntas frecuentes sobre los cuidados de las plantas, con sus respectivas respuestas:
¿Qué tipo de maceta es mejor para las plantas?
No hay un tipo de maceta que sea mejor para todas las plantas, ya que depende del tamaño, la forma y el material de la misma. Lo más importante es que la maceta tenga agujeros de drenaje para evitar el encharcamiento, que sea lo suficientemente grande para que las raíces tengan espacio para crecer, y que sea adecuada para el tipo de planta y el lugar donde la vas a colocar. Por ejemplo, las macetas de barro son más pesadas y porosas, lo que favorece la transpiración y evita el sobrecalentamiento; las macetas de plástico son más ligeras y resistentes, pero retienen más el calor y la humedad; las macetas de metal son más decorativas y duraderas, pero pueden oxidarse o calentarse demasiado.
¿Cómo sé si una planta necesita agua?
La forma más sencilla de saber si una planta necesita agua es observar el aspecto y el tacto del sustrato. Si el sustrato está seco o agrietado, o si se desprende fácilmente de la maceta, significa que la planta necesita agua. Si el sustrato está húmedo o mojado, o si se compacta o se pega a la maceta, significa que la planta tiene suficiente agua o incluso demasiada. También puedes observar el aspecto y el comportamiento de la planta. Si la planta tiene las hojas marchitas, caídas o amarillentas, o si se cierran o se enrollan, significa que la planta necesita agua. Si la planta tiene las hojas blandas, pegajosas o marrones, o si se caen o se pudren, significa que la planta tiene demasiada agua.
¿Qué tipo de abono es mejor para las plantas?
No hay un tipo de abono que sea mejor para todas las plantas, ya que depende de la composición, la cantidad y la frecuencia del mismo. Lo más importante es que el abono sea adecuado para el tipo de planta y el momento del año. Por ejemplo, los abonos orgánicos son más naturales y ecológicos, pero tardan más en actuar y pueden atraer plagas o enfermedades; los abonos inorgánicos son más rápidos y efectivos, pero pueden ser tóxicos o contaminantes. También debes tener en cuenta el equilibrio entre los tres elementos principales del abono: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). El nitrógeno favorece el crecimiento vegetativo; el fósforo favorece la floración y la fructificación; y el potasio favorece la resistencia y la calidad.
Aprende más sobre cuidados sobre plantas con nosotros
Como has podido ver, los cuidados de las plantas son muy variados y dependen de muchos factores. Sin embargo, con un poco de información, paciencia y cariño, podrás mantener tus plantas sanas y bonitas durante mucho tiempo. Esperamos que este artículo te haya sido útil e interesante, y que te haya animado a practicar la jardinería como una forma de disfrutar de la naturaleza y de sus beneficios. Si quieres seguir aprendiendo sobre jardinería, te invitamos a visitar nuestro sitio web Jardinería Básica, donde encontrarás más artículos, consejos y recursos sobre este apasionante tema. También te invitamos a dejar tus comentarios, preguntas o sugerencias al final de este artículo, y a compartirlo con tus amigos en tus redes sociales favoritas. ¡Hasta pronto!
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